Cuento relacionado con el Bicentenario
El cuento electo por la profesora Claudia Piccone, este cuento se llama "El Hombrecito del Azulejo".
El Hombrecito del azulejo, es un enanito pintado en un azulejo traído de francia, el único en un lote de cajones, llegados a la Capital Argentina.
Formaba parte del zócalo de la entrada de una bella casa en el barrio de San Miguel. Compañero de la soledad del niño habitante de esta casa.
Cuando el niño, Daniel, enferma gravemente, la Muerte espera la hora justa para llevarse a Daniel, sentada en el brocal del aljibe.
El hombrecito la ve y sale del azulejo. Es pequeño, cabía en la palma de la mano de un niño. Es azul, con largos bigotes y barba en punta. Llama la atención de la Muerte, hablándole en francés y haciéndole una profunda reverencia, al tiempo que se quita el bonete.
A la Muerte le gusta oír que la nombran en francés, le dice "Madame la Mort". El hombrecito a quien Daniel había bautizado con el nombre de Martinito, comienza a hablar y hablar, inventando historias y así lograr que la Muerte se ria.
Al final ésta se divierte y se distrae de tal forma que olvida la hora en que debía llevarse a Daniel. Cuando descubre su error, se pone furiosa y quiere matar a Martinito, quien corre rápidamente a su refugio del zócalo. La Muerte lo persigue y logra arrancar y romper el azulejo, que furiosa arroja al aljibe.
Cuando a la mañana vuelven los médicos a ver a Daniel, notan el cambio, el niño ha abierto los ojos, francamente en mejoría.
Una semana después, Daniel recuperado, sale al patio y observa que falta el azulejo, llora sin consuelo, sin entender qué ha pasado.
Luego de un tiempo cuando unos obreros proceden a limpiar el aljibe aparece el azulejo intacto.
En este Cuento Mujica Lainez nos deja ver una forma impecable de enlazar la historia, incorpora al hombrecito delicadamente y se extiende, sin cortar el tema, en una descripción ágil, detallada, sin excesos, sutil y precisa.
En cada párrafo va agregando un pequeño detalle nuevo de otra parte de la casa. En pocas palabras logra ubicar al lector en el contexto deseado. Va agregando paso a paso y en pequeñas dosis la descripción del brocal, al explicar que es poliédrico, de mármol con anclas y delfines. En apenas una frase pinta de tal forma el brocal del aljibe que el lector puede "verlo"
De igual manera describe a la Muerte y la actitud de todos ante su cercanía. Refiere el temor con que todos vemos la cercanía de la Muerte. Y de pronto nos arroja al rostro la realidad en un delicado y fugaz pincelazo filosófico al respecto, e incluye en esa realidad al lector, al decir: "todos moriremos" y luego de una pausa: "también morirá la Muerte".
Es magistral el trabajo de Mujica Lainez en este cuento en que nos sumerje en la irrealidad más dulce, y al final, nos sacude para sacarnos de la fantasía en que nos había envuelto maravillosamente, para decirnos a la cara, que en realidad se trataba de un enano estampado en una cerámica, y que si la fantasía había permitido burlar a la Muerte, también sería justo darle un final mejor, recuperando intacto el azulejo
El Hombrecito del azulejo, es un enanito pintado en un azulejo traído de francia, el único en un lote de cajones, llegados a la Capital Argentina.
Formaba parte del zócalo de la entrada de una bella casa en el barrio de San Miguel. Compañero de la soledad del niño habitante de esta casa.
Cuando el niño, Daniel, enferma gravemente, la Muerte espera la hora justa para llevarse a Daniel, sentada en el brocal del aljibe.
El hombrecito la ve y sale del azulejo. Es pequeño, cabía en la palma de la mano de un niño. Es azul, con largos bigotes y barba en punta. Llama la atención de la Muerte, hablándole en francés y haciéndole una profunda reverencia, al tiempo que se quita el bonete.
A la Muerte le gusta oír que la nombran en francés, le dice "Madame la Mort". El hombrecito a quien Daniel había bautizado con el nombre de Martinito, comienza a hablar y hablar, inventando historias y así lograr que la Muerte se ria.
Al final ésta se divierte y se distrae de tal forma que olvida la hora en que debía llevarse a Daniel. Cuando descubre su error, se pone furiosa y quiere matar a Martinito, quien corre rápidamente a su refugio del zócalo. La Muerte lo persigue y logra arrancar y romper el azulejo, que furiosa arroja al aljibe.
Cuando a la mañana vuelven los médicos a ver a Daniel, notan el cambio, el niño ha abierto los ojos, francamente en mejoría.
Una semana después, Daniel recuperado, sale al patio y observa que falta el azulejo, llora sin consuelo, sin entender qué ha pasado.
Luego de un tiempo cuando unos obreros proceden a limpiar el aljibe aparece el azulejo intacto.
En este Cuento Mujica Lainez nos deja ver una forma impecable de enlazar la historia, incorpora al hombrecito delicadamente y se extiende, sin cortar el tema, en una descripción ágil, detallada, sin excesos, sutil y precisa.
En cada párrafo va agregando un pequeño detalle nuevo de otra parte de la casa. En pocas palabras logra ubicar al lector en el contexto deseado. Va agregando paso a paso y en pequeñas dosis la descripción del brocal, al explicar que es poliédrico, de mármol con anclas y delfines. En apenas una frase pinta de tal forma el brocal del aljibe que el lector puede "verlo"
De igual manera describe a la Muerte y la actitud de todos ante su cercanía. Refiere el temor con que todos vemos la cercanía de la Muerte. Y de pronto nos arroja al rostro la realidad en un delicado y fugaz pincelazo filosófico al respecto, e incluye en esa realidad al lector, al decir: "todos moriremos" y luego de una pausa: "también morirá la Muerte".
Es magistral el trabajo de Mujica Lainez en este cuento en que nos sumerje en la irrealidad más dulce, y al final, nos sacude para sacarnos de la fantasía en que nos había envuelto maravillosamente, para decirnos a la cara, que en realidad se trataba de un enano estampado en una cerámica, y que si la fantasía había permitido burlar a la Muerte, también sería justo darle un final mejor, recuperando intacto el azulejo
Trabajo en grupo
Para poder trabajar y poder obtener un buen producto de este trabajo, el trabajo necesita ser repartido , ya trabajamos en eso, con la profesora, y nos dividimos en grupos para una mejor organizacion:
los grupos son acorde a las funciones necesarias para realizar el corto cinematografico:
Camarografos: Olivia Arcuri, Eugenio Serra Cambaceres, Tomás Lucas María Paula Tear y Sofía Honens
Vestuaristas: Serena Griffin ,Pilar Olaizola ,Victoria Nielsen, Agustina Subirá ,Juana Miguens ,Luisa Flores Piran y Lucila Lafuente
Actores: Lucila Lafuente, María Paula Tear, Lucas Guglielmone, Rodrigo Paz, Juana Miguens, Alejo Zubizarreta, Guido Ciccone, Violeta Balbiani, Greta Matienzo, Tatiana Duncan, Santiago Roldán, Francisco Moreno, Luisa Flores Pirán, Sofía Ballester Molina
EScenográfos: Sofía Ballester, Olivia Arcuri, Isabella Carneiro Silva, Sofía Honens
Guionistas: Micaela Cardalda, Serena Griffin, María Paula Tear, Santiago Roldán, Tomás Burgio
Redactores: todos los alumnos
Directores: Francisco Moreno, Micaela Cardalda, Damasia Maffi
Asistentes: Ramiro Bergoglio, Ivan Stankiewich, Agustina Subirá, Lucila Lafuente, Guido Ciccone
los grupos son acorde a las funciones necesarias para realizar el corto cinematografico:
Camarografos: Olivia Arcuri, Eugenio Serra Cambaceres, Tomás Lucas María Paula Tear y Sofía Honens
Vestuaristas: Serena Griffin ,Pilar Olaizola ,Victoria Nielsen, Agustina Subirá ,Juana Miguens ,Luisa Flores Piran y Lucila Lafuente
Actores: Lucila Lafuente, María Paula Tear, Lucas Guglielmone, Rodrigo Paz, Juana Miguens, Alejo Zubizarreta, Guido Ciccone, Violeta Balbiani, Greta Matienzo, Tatiana Duncan, Santiago Roldán, Francisco Moreno, Luisa Flores Pirán, Sofía Ballester Molina
EScenográfos: Sofía Ballester, Olivia Arcuri, Isabella Carneiro Silva, Sofía Honens
Guionistas: Micaela Cardalda, Serena Griffin, María Paula Tear, Santiago Roldán, Tomás Burgio
Redactores: todos los alumnos
Directores: Francisco Moreno, Micaela Cardalda, Damasia Maffi
Asistentes: Ramiro Bergoglio, Ivan Stankiewich, Agustina Subirá, Lucila Lafuente, Guido Ciccone
